17.1.15

La noche del cometa: O es tarde para la vanidad de los astros II

Júpiter se presenta alienado con cuatro de sus satélites más visibles a simple vista; aunque aquí, en esta imagen uno de ellos, ÍO, se halla dentro de su brillo. Por eso sólo vemos tres.

 
Philip Glass: Estudio No. 5


Enfrentándose a los dioses del firmamento, esos que nacieron de la imaginación, miedo y el misterio, los hijos protegidos de Prometeo le usurparon un palo que tan de moda estuvo hasta hace poco y la emprendieron a golpes rebeldes;  nocturnos, diarios.
En una encrucijada noche de acontecimientos, subidos a su atalaya hormigonada, fortín imaginario con decoraciones neocalcolíticas, que revelan sus temperamentos inquietos; no sujeto a predicados ni predicadores, ni verbos, ni palabras, pues el antiguo cobre de antaño es lo que cada uno cobre, se le pague o pegue. 
Cada vela que aguante su palo.


Y las estrellas moribundas, aquellas que lo fueran, despierten tarde y, al caer el sol, se levanten ellas; errantes acompañando mediante. d:D´

Alineación Venus y Mercurio

Miguel Belmonte: Conjunción Venus Mercurio

Orión y Pléyades como fondo de escena con mucho mito