29.4.12

Pasamos el arroyo para encontrarnos en un laberinto. Después de cruzar por sus intereses se fueron.

Intuyendo por donde iría la ruta seguían atentas a los pasos que llevarían hacia el mismo lugar. No hubo contratiempos, sólo interés; el de ellas principalmente dentro de su entorno, el nuestro tranquilo contemplándolas como saltaban de una a otra roca. Se alejaban y observan por si fuera necesario dar aviso.